¿Qué es la Alfombra Roja?
Una alfombra roja se utiliza tradicionalmente para marcar la ruta tomada por los jefes de estado en ocasiones ceremoniales y formales. En el contexto actual, donde el presidente y el Congreso de la República pisotean los derechos fundamentales sobre todo de las mujeres y comunidad LTGBI, el uso del rojo (bandera) en las personas echadas, a manera de una Alfombra Roja que interviene el espacio público, busca resemantizar esta imagen y darle un significado de protesta. La Alfombra Roja, extendida en los diversos espacios públicos y hecha del cuerpo social organizado, quiere mostrar una nueva ruta a los jefes de estado en materia de derechos sexuales y derechos reproductivos.
La Alfombra Roja es, o más bien son, una serie de intervenciones ciudadanas en el espacio público que simbolizan la alegoría de una lucha permanente por los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres en el Perú, y más allá de sus fronteras geopolíticas, una lucha por la igualdad y la no discriminación. Se busca llamar la atención sobre las consecuencias que tiene en la vida –sobre todo de las mujeres niñas y adolescentes en situación de pobreza de las zonas urbano-marginales y rurales– la negación de estos derechos.
En la presente coyuntura nacional, los avances en la implementación de dichos derechos han sufrido un grave retroceso. El Perú tiene en estos momentos las cifras más altas de violaciones sexuales en Latinoamérica, una mayor tasa de mortalidad materna por causa de abortos inseguros y clandestinos, muertes de madres adolescentes por depresión, en suma, vidas truncadas y asesinatos por ser diferentes. Todo esto, condiciona drásticamente la vida de las mujeres y no nos permite tener una convivencia sana bajo leyes de un Estado Laico, adherido a las normas internacionales de derechos humanos.
Por ello la Alfombra Roja es también una reflexión sobre nuestra actual sociedad, que ha desviado la alfombra del espacio público/político al terreno del espectáculo/vip estetizándola. Queremos devolverle su sentido sociopolítico a través del cuerpo en rojo de mujeres, hombres, niños, niñas, jóvenes, ancianos, lesbianas, gays, transexuales, bisexuales, intersexuales, heterosexuales, madres, padres, hijas, hijos, hermanas, hermanos, que creemos en un Estado de Derecho y que no nos quedamos con los brazos cruzados.
Una Alfombra Roja para exigir el cumplimiento de nuestros derechos, no para posar.
La aprobación del dictamen “Nuevo Código de los niños, niñas y adolescentes” por parte de la Comisión de la Mujer y Familia (el Lunes 17 de junio en el Congreso de la República) y que se dio de espaldas a la realidad de los problemas de violencia sexual, embarazo adolescentes y mortalidad materna detonó el comienzo. Convocadas por María Ysabel Cedano; Laura Arroyo, Alejandra Ballón y Natalia Iguiñiz pensaron en posibles ideas que pudieran visibilizar públicamente la gravedad del caso. De la lluvia de ideas surge el concepto Alfombra Roja “para que no pisoteen nuestros derechos” propuesto por Alejandra Ballón. El Jueves 20 de junio, luego de la conferencia de prensa realizada en el Estudio para la Defensa de los Derechos de la Mujer (DEMUS), se propone ante las diversas feministas la idea de crear una Alfombra Roja en las escaleras de Palacio de Justicia, entrada del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP) y frontis del Congreso de Lima. Se aprueba la idea unánimemente y se despliega la primera Alfombra Roja el 21 de junio.
Nuestra lucha ha contribuido a que dicho dictamen quede aprobado con los solitarios votos del lobby religioso fujimorista y que no se haya debatido en el pleno. Esto nos permite seguir informando a la ciudadanía y autoridades sobre las consecuencias nefastas, en materia de libertades y derechos humanos, de aprobarse una ley mediante la que se reconocen derechos absolutos al feto desconociendo los derechos de las mujeres, que además desresponsabiliza al estado del deber de garantizar educación sexual y que como si fuera poco cerraría definitivamente el acceso a la única causal de aborto legal que hay en el Perú desde 1924: el “aborto terapéutico”. Así mismo, promueve el debate público exigiendo que el Pleno del Congreso finalmente desestime estas propuestas. De rojo, la Alfombra reunió a las integrantes y motivó la conformación de la organización “Movimiento Feminista del Perú” (MFP) y ayudó a que en el marco de los diálogos del gobierno con los partidos, se visibilizara la agenda de las mujeres, que hasta la fecha ningún partido había incluido.
Continuaremos extendiéndonos de rojo en la búsqueda del cumplimiento de los derechos y de justicia. Apoyando a la comunidad LTGBI, así como a las mujeres y sus familiares, frente a quienes luego de tres lustros, existe una sostenida renuencia de parte de las autoridades peruanas a investigar judicialmente las esterilizaciones forzadas, así como a repararlas integralmente. Lo que afecta a mas de 300,000 mujeres en su mayoría pobres e indígenas.
La Alfombra Roja busca ser esa imagen que vale mas que mil palabras, es como diría Vallejo un estruendo mudo. Una forma de protesta pacífica, mas no pasiva. Sabemos que la información sobre la condición de la mujer y de la comunidad LTGBI en Perú está a sólo un click en internet y pareciera que la sociedad consintiera estas dramáticas condiciones, sobre todo porque no hay plataformas públicas que visibilicen su desconformidad. Visibilizar lo que las leyes causan diariamente en nuestros cuerpos y motivar la participación de la sociedad civil no es tarea fácil. Creemos que los cuerpos echados como muertos se empoderan de vida con el rojo y devuelven al arte su actuar político.